Como parte contratante del contrato de trabajo, nosotros, los trabajadores, cumplimos y muchas veces con exceso de la parte que nos toca en dicho contrato. Por desgracia, también en muchos casos, la parte contratadora, se para por el arco del triunfo la parte que la toca. En este caso en concreto, la parte, para mi entender, más importante de todo contrato; el sueldo.
Al no ser renovado el contrato entre Rosana y Maria Nely (la dueña del bar Soto). No solo la no pagó el finiquito a Rosana, si no que, además, vimos irregularidades en sus nóminas, hechas con gran habilidad por su gestoría.
Nos hablan de los «hombre y mujeres hechos a sí mismos». Cierto, pero se les olvidó la segunda parte de esa frase, la que dice «… a costa de los demás». Porque así es como es esta «emprendedora». Que se ha aprovechado de Rosana. Contratada como ayudante de camarera y llevando ella todo el negocio de Maria Nely. Desde servir una caña, pasando por hacer los pedidos de la bebida, hasta limpiar el bar una vez terminado su trabajo.
Se repartieron octavillas informando a los vecinos del porqué estábamos allí. La gente acogió la noticia con indignación y sorpresa.
Después de estar allí una hora aproximadamente, hablando con Maria Nely y su abogado, llegamos a un pequeño acuerdo. El de tener una reunión este miércoles para intentar llegar a un acuerdo.
Terminar diciendo, que la concentración se llevó a cabo con la seriedad que este Sindicato tiene antes estas situaciones. No hubo ningún altercado ni problema, ni con la «emprendedora», ni con los vecinos. Con estos últimos al contrario.
Nada más que añadir hasta ver qué sucede el miércoles en la reunión.
Salud y lucha social.
