Ratificados los principios, tácticas y finalidades, es a partir de ellos desde donde se han tomado los tres grandes acuerdos de este Congreso: normativa orgánica, acción sindical y social. Hemos llegado a un acuerdo de funcionamiento interno que sistematiza y aclara las prácticas orgánicas habituales, intenta facilitar la resolución de conflictos y amplia la autonomía de los sindicatos y el federalismo, ajustando el sistema de votación para hacerlo más proporcional a la realidad numérica de los sindicatos en la actualidad. Esta normativa debe facilitar nuestros debates, la toma de acuerdos y el funcionamiento interno para que consuma la menor energía posible, permitiendo a la CNT proyectarse hacia afuera y centrarse en la lucha sindical y social.
Los acuerdos de acción social nos colocan ante el reto de una mayor implicación en las luchas sociales, especialmente en el desarrollo de experiencias de autogestión y en la experimentación de las colectividades de producción y consumo. Es de resaltar la especial atención dedicada en este Congreso al antisexismo, y a la situación de la mujer trabajadora. También se han actualizado nuestros acuerdos sobre el campo y la agricultura.
Este X Congreso se ha celebrado en circunstancias especialmente graves para la clase trabajadora, bajo una brutal ofensiva para acabar con conquistas y derechos sociales básicos. Un con greso celebrado mientras se preparaban y aplicaban duras medidas antiobreras dictadas por el Capital y aplicadas por el Gobierno, con la complicidad del entramado político y sindical.
Por ello, tras la inevitable atención que un congreso dedica al debate interno, la CNT debe mirar inmediatamente hacia afuera, llevando, sin perder un minuto, el anarcosindicalismo a los puestos de trabajo y las calles que son sus lugares naturales. Tenemos las herramientas y vivimos una situación social que exige hacerlo.
Es evidente que, la magnitud del reto al que nos enfrentamos, nuestra propia capacidad y la correlación de fuerzas sociales hará necesario buscar confluencias con otros movimientos sociales y organizaciones, si es que realmente queremos dar una respuesta efectiva en torno a objetivos y campañas concretas. El propio congreso ha tomado claros acuerdos al respecto dando autonomía a los sindicatos y a los distintos entes confederales para hacerlo siempre en torno a objetivos concretos, de abajo hacia arriba y manteniendo claramente nuestros planteamientos y formas de lucha.
En este momento la CNT no debe autoexcluirse de ninguna lucha social, sus planteamientos deben estar ampliamente presentes porque están más vivos que nunca y cada vez más trabajadores piensan que el actual sistema de sindicalismo representativo es una falacia.
Es hora de confrontar y de mostrarles a todos cuales son las verdaderas formas de lucha y como deben de auto organizarse los trabajadores. Reivindiquemos el espacio necesario para poder desarrollar el sindicalismo que practica la CNT, ahora que el sistema representativo cuenta con menos apoyo de los trabajadores que nunca.
Llevemos la CNT a los conflictos sociales, a difundir también las propuestas libertarias para luchar en contra una situación social cada vez más represiva, que tiene cada vez menos espacios de libertad y de solidaridad. Ayudemos a descubrir a los trabajadores su conciencia como productores, como consumidores, como seres libres.
Esta es la lucha, compañeres, la auténtica lucha. Cada militante, cada sindicato de la CNT, la emprende cada día, según sus posibilidades y sus particularidades, aunque todos ellos con el mismo objetivo. Esta sigue siendo, nos parece, la mejor esencia de la CNT. Ánimo y a la calle.