Pasaban las 10 de la mañana del 24 de enero, cuando un grupo de compañeros y compañeras del SOV de Santander, comenzaba una jornada de solidaridad con la sección de CNT del grupo RACC de Barcelona. Una pseudo empresa disfrazada del tópico “sin ánimo de lucro”, que se llena los bolsillos con el sudor de los trabajadores y que ya ha dado el pistoletazo de salida a la patada culera contra los obreros. Con un ERE que puede afectar a 194 bocas, la CNT se moviliza sin dilación.
Bien pertrechados con nuestras banderas y octavillas, y el correspondiente dni por si aparecen los cuervos del poder, nos dirigimos con la firmeza anarcosindicalista a la santanderina sede del RACC.
Al finalizar nuestra obligación, una cordial despedida de los empleados nos reafirmó, una vez más, en que el único camino es la lucha y la organización. Por supuesto, recibieron nuestra rojinegra invitación a acudir a la sede de CNT para cualquier ayuda que les podamos brindar.
La lluvia nos escoltó hasta nuestro local para preparar el siguiente acto.
¡Ni se rinde , ni se vende, CNT!


