Llegó el 1º de Mayo, una emblemática fecha para toda la CNT, ya que la Confederación ha sido la que ha recogido la obligación de mantener la verdadera dimensión de los hechos acaecidos en 1886 con los Mártires de Chicago y el legado que nos otorgaron. Para el Sov de Santander, la jornada comenzaba con un gran tonelaje de ilusión y la misma parte de responsabilidad, nuestra cita daría el pistoletazo de salida en el corazón de la ciudad, en la plaza del ayuntamiento, como todos los años. Pero éste ya tenía decidido boicotear con sibilinas intenciones nuestra celebración, al haber montado su particular feria del libro en el mismo espacio y haber facilitado autorización a un partido ultracatólico para que compitiésemos.
Ni decir tiene que fueron los organizadores de ambos eventos quiénes se sintieron superados con el despliegue que acompañaba al Sindicato, con grandes equipos de sonido y pancartas colgadas de la misma puerta noble de la Casa Consistorial. Numerosos curiosos y amigos se agolpaban a la espera del inicio de nuestra actividad, superados ya los obstáculos clásicos de las instituciones, apareció en escena un añadido habitual, la lluvia. La fuerza del agua, nos exigió una rápida reacción y comunicando a quiénes se agolparon para apoyarnos, recogimos nuestro aparatoso montaje y pusimos rumbo a nuestro local en la calle Vista Alegre. Ya en casa, el acto se convirtió en una fiesta reivindicativa, cuatro magníficos músicos cenetistas dotaron de originalidad el ambiente, las canciones se sucedían y se intercalaban con intervenciones de los compañer@s, que nos hablaban de desobediencia civil, se analizaron las causas y opciones de lucha de nuestra sociedad o la necesidad de disfrutar del camino de enfrentamiento al Estado por lo que encontramos en él cuando avanzamos, la poesía tuvo un lugar preeminente y rodeada de las notas acústicas dejaba un poso de emotividad disparada hasta encontrar lágrimas en much@s de los esectador@s. La risa tenía también su espacio reservado, junto a la expresividad absolutamente libre cuando nuestro himno A Las Barricadas era coreado al unísono y de manera espontánea de todas las gentes que abarrotaron nuestro sindicato, fueran de CNT o no, resonaban nuestros corazones de alegría y orgullo. La felicidad de los asistentes era un gran reflejo en los rostros de los habituales y de los no tanto. Cuando acariciamos el final de la cita, CNT volvió a sorprender ofreciendo un pequeño ágape de tortillas y bebidas sin alcohol y anticapitalistas, encontrando el cenit del día cuando tras pasar juntas varias horas, anunciábamos que la clásica comida que seguiría iba a tocar a su momento, pues entonces se nos unieron un montón de amigos, teniendo por ello que ampliar la reserva. No podíamos tener un mejor colofón que el deseo de unirse de quienes nos siguen y que se convencen con demostraciones de humildad, esfuerzo y orgullo cuando presencian nuestro trabajo La comida supuso mas hermanamiento, ¿qué si no?, más risas y más canciones. Aún escucho mientras escribo “Los solidarios” o me estremezco con la interpretación de a ”A la huelga” ……. CNT Santander, creciendo, innovando, sin barreras…..
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