Eduardo Galeano, siempre vivo y siempre presente, nos cuenta en su libro “Los hijos de los días” la historia de una mujer amiga suya, de nombre Domitila Barrios, a la que conoció en una asamblea de mineros allá en Bolivia. Ella, la única mujer entre tantos hombres, les hizo una pregunta a los compañeros: “¿Quién es nuestro mayor enemigo?”. La asamblea se enzarzó entonces en una discusión; unos decían que el enemigo mayor eran las empresas americanas que explotaban las minas, otros que era el ejercito sumiso a los intereses extranjeros, otros que el Dictador Banzer y su dictadura fascista, y así siguió la discusión hasta que Domitila respondió a su propia pregunta diciendo: “No, compañeros, nuestro mayor enemigo no son esos que decís. Nuestro mayor enemigo es el miedo”.
En otra ocasión, de nuevo de vuelta por Bolivia, Galeano se encontró a Domitila en la plaza principal de La Paz. Ella y otras cuatro valientes mujeres habían comenzado una huelga de hambre hasta la caída de la dictadura. Los que pasaban por allí sonreían con suspicacia diciéndose: “Sí… cinco mujeres van hacer caer una dictadura militar…seguro”, y se burlaban con desdén. Pero a Domitila y a las compañeras se unieron primero cincuenta, luego mil quinientas personas y al final más de cien mil y cayó Banzer, cayó el tirano. Al final Domitila tenía razón, nuestro mayor enemigo es el Miedo.
Del asunto que nos ocupa, La Ley Mordaza, no vamos a decir más que lo que ya ha dicho toda la gente decente de este país. ¿Tomará nota Estrasburgo de Amnistía Internacional, de la O.N.U, cuyo comité para la prevención de la tortura ha suspendido recientemente al estado español? Seguramente no. El caso es que hasta el oráculo de occidente, el flamante New York Times, ha dedicado no un artículo en su apartado dedicado a las miserias coloniales sino todo un editorial a la Ley mencionada a la que califica nada más y menos que de ominosa, que según la R.A.E. quiere decir azarosa, de mal agüero, abominable, odiosa, execrable. Las cosas como sean, el terreno que ocupaba la Libertad de expresión lo ha ido ocupando hace tiempo el “cuidadín con lo que dices”, como suele ser lo habitual en dictaduras de toda laya; pero que nadie se preocupe, ese fuego no lo apagara ninguna caterva de miserables.
Desde Roberto el Pirata mandamos un saludo al recién detenido Carlos Strawberry, cantante del grupo “Def con dos”. Y a todos los que han sufrido la represión en sus carnes bajo este estado policial, ya sea en las calles de Gasteiz o en las de Barcelona, así como a lxs compxs libertarios presos.
En el país en el que erigieron una estatua a la Libertad, nos decía Henry David Thoreau, proto-ácrata americano, apóstol de la desobediencia civil, inspirador de Gandhi, Tolstoi, Martin Luther y tantos otros, que el lugar que le corresponde a un hombre honrado bajo un régimen tiránico es la cárcel y puede que tuviese razón, pero no vamos a ponérselo fácil A los que de verdad vemos un delito en el trato dado a los emigrantes apaleados, a las familias desahuciadas, en los sueldos de miseria, en las mujeres privadas de sus derechos, esta charla informativa seguro que nos resulta de interés.
Salud y Libertad.
“La Represión que viene y la solidaridad como respuesta”
Viernes 29 de Mayo 19.30h. Casa del Mar Castro-Urdiales.
Organiza:
Asociación Cultural «Roberto el Pirata», por la difusión de las ideas libertarias.