La asociación cultural Roberto el Pirata ha decidido no presentarse al concurso para la adjudicación de choznas de la semana grande al considerar que los cambios realizados en los pliegos de condiciones perjudican seriamente los intereses de las asociaciones deportivas y culturales que optan a dichas plazas.
Entre otros motivos, destacan la alta fianza impuesta como depósito para poder participar en dicho concurso, que de 300 ha pasado a 700. Con tal aumento, que consideran desproporcionado respecto al de años anteriores, la mencionada asociación entiende que lo que se busca por parte del ayuntamiento es no solo disuadir e intimidar en lo que al cierre de las choznas se refiere sino un claro afán recaudatorio. Huele a que quieren quedarse con la fianza al menor desliz, y para una asociación como la nuestra, que el año pasado obtuvo 1.300 euros de beneficio, arriesgar 700 entenderán que no resulta razonable, máxime cuando vemos que este año, como el pasado, se quiere ser rigorista en los horarios y se hará por no pasar ni una.
Otro de los motivos por los que Roberto el Pirata no optará a una de las plazas es porque con los cambios en los horarios, que van claramente en contra de las choznas, se apoya descaradamente a la hostelería en detrimento de aquellas. Se cerrará una hora más tarde en san Juan, los sábados y el día del Coso, pero los demás días, los días de entre semana, se tendrá que cerrar a la una de la madrugada. ¿Dónde se ha visto que en una semana grande las choznas, entre semana, solo puedan abrir de nueve a una? Con tales cambios en los horarios de cierre, la hostelería ha basculado de su lado el protagonismo de las fiestas, dejan en una posición de debilidad a las choznas y vuelven a ser los reyes del mambo, pues consiguen lo que buscaban, que las choznas abran más tarde y cierren antes y las fiestas se tengan que desarrollar en sus locales.
Sabemos que si por la hostelería fuera, las choznas dejarían de ocupar la explanada de San Guillén, pues son insaciables y siempre han considerado que las asociaciones deportivas y culturales son unas intrusas con respecto a ellos y les andan quitando el pan de la boca. Una hostelería, por qué no decirlo, que tiene a parte de sus trabajadores empleados en unas condiciones pésimas, echando más horas que Caín sin ser pagadas, trabajando con falsas nóminas o, según nos consta, trabajando días puntuales, los fines de semana por ejemplo, sin contrato y tan contentos. La realidad es que entienden la libertad como la entienden (la gente es libre para ir a donde quiera pero cierren antes las choznas para que vengan a nuestro chiringuito) y los demás les importamos poco. Pues bien, pueden estar de enhorabuena porque el ayuntamiento se ha puesto de su lado.
La última razón para no presentarse estriba en que se nos ha ninguneado: ni se nos ha invitado a formar parte del Consejo de Festejos a ninguna asociación deportiva y cultural, ni se nos ha hecho caso cuando lo hemos solicitado, por lo que poco participativas pueden ser unas fiestas donde a algunos se nos orilla, ni siquiera se nos toma en cuenta, y a otros, ya sabemos a quién, se les escucha seriamente en su favor. Conclusión: con los nuevos pliegos a algunos no nos salen las cuentas. Somos asociaciones sin ánimo de lucro y con el poco dinero que sacamos en las fiestas intentamos realizar distintos actos a lo largo del año, pero parece que importa poco lo que hacemos y pintamos menos y que la hostelería es lo que importa, la que manda. Por eso nos hemos echado atrás. Quién sabe, quizás es lo que buscan, que les dejemos el camino llano.