Me llamo Marta y soy la secretaria de acción sindical de CNT Santander. Junto con mis compañeras, Clara, Sergio, Quique y Public, formamos el grupo de trabajo de acción sindical y nos encargamos, entre otras cosas, de atender todas las consultas laborales que nos llegan, así como de acompañar a las personas en sus conflictos laborales, judiciales, etc. Por cierto, ninguna cobramos por hacer esto. Ni estamos liberadas. Ni nuestro sindicato recibe dinero del Estado, nos autogestionamos. Sí, esto quiere decir que lo hacemos en nuestro tiempo libre, y muchas veces, hasta interrumpimos nuestros tiempos de trabajo, estudio, limpieza de la casa o cañas con los amigos para abordar esta responsabilidad que, por principios, hemos querido asumir.
Me gustaría compartir el día a día de esta labor porque no se me ocurre mejor forma para que empaticéis con la impotencia que sentimos ante los casos que se nos presentan. Os voy a contar el último conflicto que tenemos entre manos. Por aquello de la ley de protección de datos voy a llamar Mafalda a la persona implicada.
Mafalda llama un día al teléfono de asesorías, el 600282005, comentándonos que trabaja en hostelería y que ha sido despedida. Como siempre pido contrato, nóminas, carta de preaviso del despido y finiquito si este ya ha sido efectivo. No me sorprendo al escuchar que solo tiene el contrato (mi cabeza piensa: «¡Suerte! Tenemos contrato»), ya que aunque no lo creáis es lo más común. Y ahora, ¿qué se le dice a la trabajadora?:
̶ ¿Cuándo y de qué forma te han avisado de este despido?
Aquí empieza el lío, Mafalda me dice que hace más de 11 días que ya no trabaja allí, que un viernes le dijeron que el domingo iba a ser su último día y que aún no le han dado el finiquito.
¿Y ahora?
̶ Lo mejor es que llames a tu jefa y le digas (exijas) que por favor te dé el finiquito además de las nóminas, que las necesitas. ̶
Mafalda me responde que ya le ha comentado a la jefa que le dé el finiquito, pero le responde que si no viene para firmarlo no se lo va a dar. ¿Y ahora?
̶ Dile a tu jefa que vale, que vas a firmarlo, pero en vez de eso escribe lo siguiente en el orden que te indico: la fecha del día que vayas a firmar, no conforme, y a continuación firmas y te vas. Y luego nos mandas una copia para revisarlo. ̶
Antes de seguir he de aclarar algunas cosas:
– Para reclamar un despido hay un plazo de 20 días desde que se hace efectivo.
– Si no se preavisa a la trabajadora con 15 días de antelación se deben abonar 15 días de sueldo extra en la liquidación.
– Tener las nóminas es un derecho, además de una obligación para la empresa disponer de una copia firmada.
– El último día de trabajo deberías disponer de tu carta de despido donde indique el motivo y el cálculo de tu finiquito, además de la cantidad adeudada, que constará, en caso de despido, de lo siguiente:
• La parte proporcional de la nómina.
• La parte proporcional de la paga extra.
• El pago de las vacaciones no disfrutadas.
• La indemnización pertinente. Todo despido que emite una empresa es un despido Objetivo. Solo se podrá conseguir despido improcedente si se reclama.
• La indemnización por despido procedente es de 20 días por año trabajado.
• La indemnización por despido improcedente es de 33 días por año trabajado. Antes de la reforma laboral era de 45 días.
• 15 de sueldo si no se ha preavisado.
• Y por supuesto, todos los pagos atrasados que existan.
̶ Lo revisamos y te decimos algo.
Todo me empieza a oler a podrido, de hecho, me llevaba oliendo a chamusquina desde el primer día, ya que las empresas que suelen abonar correctamente sus finiquitos no tardan casi 20 días en darte los papeles y en pagarte. Aquí empieza la impotencia: en la carta de despido que le entregan el día 4 de noviembre consta la fecha del 11 de octubre.
Además se indica que a Mafalda se le está aplicando una sanción por despido disciplinario. La causa: no haberse presentado a trabajar el fin de semana del 9 al 11 de octubre. Para más inri, toda la liquidación está calculada sobre un contrato de media jornada y no sobre uno de jornada completa, que es el que Mafalda nos envió, por supuesto, firmado por ella. ¡Vaya movida!
̶ Buenas Mafalda, la carta dice que no te presentaste a trabajar ese fin de semana. ¿Es esto cierto? ̶
̶ ¡Ah! ¿Pone eso? Pensé que me estaban dando la indemnización. ̶ Evidentemente Mafalda me dice que ella nunca ha faltado a trabajar.
̶ Además, el finiquito está calculado en base a media jornada, por favor, llama al SEPE y pide cita para que te den una copia del contrato que tengan ellos registrado, hay que comprobar qué contrato han dado de alta. ̶
Lo siento, pero os tengo que explicar más cosas antes de continuar:
– Un despido disciplinario no lleva indemnización ni 15 días de preaviso. Es una sanción muy grave: faltar al trabajo sin avisar, pegar a alguien, insultar, tener comportamientos racistas…
– Si Mafalda llega a firmar esa hoja, estaría firmando que está de acuerdo con esta falta y con las cantidades y perdería su derecho a reclamar (en letra pequeña aparece: “… por lo que se compromete a nada más pedir ni recibir”). Recordad que ella no se dio cuenta de que le estaban interponiendo sanción de despido disciplinario hasta que no se lo dijimos. Podéis sorprenderos, pero esto no es algo aislado. Muchas veces ocurre por falta de comprensión de lo que leen y otras porque las empresas ya saben cómo hacer para que casi no te fijes en lo que firmas.
– En la carta consta la fecha del 11 de octubre, como si la hubiera recibido ese día. Recordad que solo hay 20 días para reclamar un despido, ¿ahora entendéis por que le indicamos que pusiera la fecha en la que realmente le están entregando dicha carta? Por suerte, desde el día 11, los 20 días expiraban el día siguiente al que Mafalda nos entregara los papeles.
Como es mejor no correr el riesgo de que no se acepte la reclamación por haberse pasado el plazo (no reconocer la fecha real), ese mismo día, deprisa y corriendo, emitimos papeleta de conciliación al ORECLA (organismo de mediación en el ámbito laboral) alegando que las causas de este despido disciplinario no son reales y exigiendo despido nulo o, en todo caso, despido improcedente con la correspondiente indemnización.
Desde luego la empresa no se presentó al acto de conciliación y estamos a la espera de fecha para el juicio (seguramente sea dentro de un año, debido a la saturación de los juzgados). Contaros que la jefa intentó coaccionar por Whatsapp a Mafalda para que no fuera al ORECLA, pero ese es otro tema.
Hasta que no se resuelva judicialmente la denuncia, Mafalda ha perdido su indemnización, los 15 días de sueldo por no preavisar y, por supuesto, la mitad de su finiquito, ya que está calculado por media jornada. Tardará un año en cobrarlo. Además, aún le deben 200 euros de la nómina de septiembre.
Volviendo al caso del misterio de la media jornada: en el SEPE le dicen que no tienen copia de su contrato (cuando la deberían tener, es obligatorio para la empresa registrarlo), pero que lleva dada de alta a media jornada desde el principio. Como Mafalda no tiene ninguna nómina de esto se entera ahora. En su cuenta bancaria se le ha estado abonando el sueldo correspondiente a la jornada completa, esto quiere decir que la mitad de ese dinero es en negro. Le decimos que pida su vida laboral, en ella refleja lo mismo, y a continuación le pedimos que vaya a la Seguridad Social con su contrato firmado de jornada completa y que le corroboren qué está pasando. O bien la jefa ha falsificado su firma, o el contrato ha sido dado de alta sin firmar, cosa que ocurre a menudo, y además parece que se ha traspapelado en el SEPE. Seguimos en espera de esta información, en cuanto la tengamos habrá que hacer otra demanda. Otro año de espera…
De momento Mafalda va a cobrar el paro como si hubiera estado dada de alta a media jornada. Más dinero que pierde. ¿Se me ha olvidado comentar que Mafalda es una persona con pocos recursos?
Me gustaría que sacarais vuestras propias conclusiones, y para ello os aclaro unas pocas cosas más:
– Es un derecho disponer de las nóminas, la empresa no puede (más bien no debe, porque la realidad es que lo hacen) negártelas. Nadie va a revisar, si no eres tú misma, que estén correctas. Estás en tu derecho de firmarlas como no conforme.
– El SEPE y la Seguridad Social no se comunican entre ellos.
– Al SEPE le llega por un lado una copia del contrato (si le llega, no es una obligación para este organismo comprobarlo, como tampoco lo es comprobar si los contratos están firmados o en fraude de ley).
Por otro lado, cuando te despiden o se acaba tu contrato le llega el informe de la empresa con las bases de tu cotización (tampoco es su obligación comprobar que estos datos cuadran con el contrato, por ejemplo que este sea de 8h y en el certificado de empresa conste que has estado a media jornada, o si está en regla con el convenio, por ejemplo, que el sueldo esté actualizado según la última tabla salarial).
Ellos reciben y tramitan la prestación. Tampoco te ayudan si la empresa vaguea en enviar ese informe (y la realidad es que muchas veces lo hacen) sin el cual no pueden tramitarte nada.
– La seguridad social nunca conoce el contrato, se comunican los datos de la persona y un porcentaje de la jornada. Por lo que nunca pueden saber, al no comunicarse con el SEPE, si esta jornada se corresponde con el contrato. Disponen también de toda tu vida laboral en tiempo real en la que se refleja cuantos días has cotizado en el total de tu vida y por cuantas horas. También cuándo se te ha dado de alta y de baja en una empresa y cuándo has cobrado el paro. Tampoco esta entidad actúa de oficio, vuelve a ser la trabajadora la que tiene que revisar su vida laboral periódicamente.
Por poneros algunos ejemplos con los que me he topado en las asesorías, los contratos por obra y servicio deben renovarse con cada obra que se realice, si esto no es así, el contrato está en fraude de ley. Si has encadenado varios contratos temporales o de obra y servicio tu contrato está en fraude de ley. Si el contrato no es registrado pasado el tiempo de prueba tu contrato está en fraude de ley. ¿Qué quiere decir fraude de ley? Que puedes denunciar y, si el juez o jueza lo acepta, tu contrato pasaría a ser indefinido.
Esa es otra, los juzgados. Debes tener las pruebas necesarias para demostrar todo esto. Los jueces no aceptan cualquier cosa… ¡son jueces! La verdad no se demuestra así como así, la empresa se merece ser inocente hasta que se demuestre lo contrario, ¿no?
̶ Pero señor juez, ¿aunque haya visto muchos casos en los que esta situación se repite? ̶
̶ ¡Sí! Porque cada caso debe ser justo y aportar las pruebas que yo (y solo yo) considere que son necesarias. ̶
̶ ¿Oiga señor juez, no le sirve un contrato de obra y servicio firmado hace dos años de una obra que ha finalizado hace 1 pero, sin embargo, yo sigo dado de alta y cobrando? ̶
̶ ¡No! Debes demostrarme que has trabajado en otras obras con ¡testigos! ¡pruebas! Además, si esperas mucho se va a pasar tu plazo de reclamación, así que ponte las pilas. Tienes suerte de vivir en un país sin apenas burocracia y que va todo rápido (Espera, la última frase es irónica)
Para que los puristas en derecho no se me echen encima tengo que aclararos que, en derecho laboral, hay un principio llamado Principio pro operario. Este principio dice lo siguiente: si el trabajador argumenta una serie de cosas, presenta pruebas y la empresa no presenta pruebas en contra, aunque quepa duda, se le da la razón al trabajador.
No sé si los jueces de los 6 juzgados de lo social de Santander sufren de amnesia, pero en muchos casos esto no se cumple, por ejemplo con las categorías laborales. Pero si los jueces de los 6 juzgados de lo social son duros, más lo son nuestros abogados que están acostumbrados a bregar ente ellos. Así que con esto no quiero que se extienda la leyenda de “los jueces no sirven para nada” pero sí la de “los jueces son muy duros y hay que pelear mucho”.
En fin, a todo esto añádele el miedo que tenemos a reclamar, a enfrentarnos a la empresa, pero sobre todo súmale LA IGNORANCIA.
La ignorancia del trabajador de no saber dónde acudir ni qué pedir ni qué significan la mitad de los términos que he empleado en este artículo: ¿nóminas? ¿contratos? ¿fraudes de ley? ¿cómo puedo saber si está todo bien? En caso de saber que algo no va bien, ¿hay algún organismo que se encargue de esto? Y cuando no es la ignorancia es el miedo o el conformismo, sabemos que
«nos la están colando» con las horas extra, con la nocturnidad, trabajamos más horas que las reflejadas por el contrato pero no hacemos nada, nos dejamos engañar. ¿Qué nos pasa?
Por suerte a Mafalda le aconsejó un amigo que se acercara al sindicato, que allí la ayudarían. Pero ¿sabéis qué? Esto es un remiendo, una ñapa, un año para el juicio y veremos en qué queda.
¿Sabéis lo que realmente sería efectivo? ¿Lo que conseguiría que a Mafalda le abonaran el finiquito YA? O lo mejor de todo, ¿sabéis lo que realmente le hubiera ayudado a informarse de cómo y qué cosas comprobar, y, desde el primer día denunciar las irregularidades y conseguir en poco tiempo que se subsanen? El apoyo mutuo y la unión sindical en los centros de trabajo.
La seguridad social, el SEPE, inspección de trabajo, los jueces… burocracia lenta, y que, aunque así se quisiera, no darían abasto revisando todas estas cosas, plazos, papeles… Debemos ser las trabajadoras las que nos unamos entre nosotras para apoyarnos. Si estuviéramos organizadas podríamos controlar nosotras mismas los contratos, las condiciones de trabajo y obligar a la empresa, entre todas, a que deje de chanchullear.
A esto se le llama ACCIÓN SINDICAL, entre otras cosas. Es mucho más efectivo plantarse unidas ante la empresa y decir:
̶ DEJA DE HACER UN CONTRATO TEMPORAL TRAS OTRO, DEJA DE PAGAR EN NEGRO, QUEREMOS NUESTRO PLUS DE NOCTURNIDAD, DEJA DE ACOSAR A FULANITO, RESPETA LA BAJA DE MENGANITA O ¡AQUÍ NO TRABAJA NI DIOS! ̶ (se me ocurre).
Si la patronal estuviera acostumbrada a la unión sindical, se rebajarían exponencialmente los fraudes sin necesidad de ir a la huelga o recurrir a acciones sindicales tan “radicales”. La acción sindical es muy amplia, y con ella se puede presionar y controlar a la empresa de muchas formas. Acércate por el sindicato y compartiremos nuestras experiencias contigo en este tema.
Os aseguro que os sorprenderías del poder que tenemos. Parece que se nos ha olvidado, la unión sindical es la ÚNICA que ha conseguido negociar buenos convenios, conseguir derechos, en definitiva, mejorar las condiciones laborales. El sindicalismo no ha muerto, ha muerto la valentía de la clase obrera y el apoyo mutuo. ¿Ciertos sindicatos están podridos? Sí, pero les habéis dejado que se pudran y que chupen del tarro y se acomoden. El sindicalista hace al sindicato y no al revés. A todo esto, yo digo:
¡NUESTRA HERRAMIENTA DE LUCHA ES LA ACCIÓN SINDICAL Y EL APOYO MUTUO!
¿Qué dices tú?