Más de 15.000 clientes, de los 70.000 afectados, no han recuperado los depósitos que habían entregado a Marsans para realizar sus viajes o vacaciones.
Unos 1.500 trabajadores, que han buscado otro trabajo, no han cobrado sus indemnizaciones legales, en vez de pagarles la liquidación sólo reciben una carta que reconoce la deuda.
Las deudas contraídas con empresas prestatarias de servicios son de cientos de millones. Lo que pone en peligro, si no cobran, otros cientos de puestos de trabajo denominados indirectos.
¿Cómo es posible que personas de representación pública, como la presidencia y vicepresidencia de la CEOE, puedan dejar este rastro de daño social sin que se les pida ninguna responsabilidad, tan sólo cediendo tan importante grupo de empresas a una firma que no aporta ni la primera nómina a sus trabajadores?
¿Se puede en este país permitir que todas estas fechorías sociales queden tapadas por la importancia social de los mencionados, despreciando totalmente a todas sus víctimas: trabajadores, clientes, ex trabajadores… mientras ellos siguen disfrutando de los negocios que aún no han hundido?
¿Por qué callan todos los poderes?
¿Hasta cuándo vamos a tener que sufrir los ciudadanos la protección que se hace de este tipo de personajes?
LA ÚNICA SOLUCIÓN PARA TODOS NUESTROS PROBLEMAS ES EL APOYO MUTUO
¡SI NADIE TRABAJA POR TÍ QUE NADIE DECIDA POR TÍ!