La noticia ha salido hoy, día 26 de mayo, en los periódicos. Cenavi, una de las constructoras más importantes de Cantabria, pretende hacer un despido masivo, que afectará a 62 trabajadores. Prácticamente toda su plantilla. Si este ERE les sale bien, la empresa quedaría compuesta de 12 trabajadores (2 de ellos a punto de prejubilarse) y 8 directivos. Y nos preguntamos nosotros, ¿quién va a trabajar en esta empresa? ¿Van a salir los directivos de peones de albañil? ¿Los del comité de empresa?
Según dice la noticia, este jueves, el comité analizará el ERE. No les llevará mucho vender a sus antiguos compañeros trabajadores, porque de seguido harán una asamblea para decirles que están despedidos. Es un pronóstico que hago. Así. Con los ojos cerrados. Será una de esas asambleas informativas que suelen hacer estos “sindicatos”. Donde no tienes ni voz ni voto. Solo orejas. Y no importa que hables y que enfades, que grites y patalees. Ellos ya decidieron. Y según ellos, siempre a favor de los trabajadores. De esos 12 trabajadores (recordad, que 2 se prejubilan), que quedarán. Ellos incluidos, por supuesto.
Ahora, lo que debemos preguntarnos es lo siguiente. ¿Dónde están todos esos millones de euros ganados en los últimos años? ¿De verdad la empresa no puede aguantar ni un solo día más esta situación? ¿Qué tipo de gestión han hecho esos ocho directivos? ¿De verdad es tan buena como para premiarlos con conservar su puesto? ¿Acaso nos quieren hacer creer al resto de los trabajadores que la empresa cierra por culpa de los trabajadores? La verdad, es que son cosas a plantearse. Lo curioso es que quien concede aprobar estos EREs no se pregunta estas cuestiones.
Lo que estarán pensando ahora esos ocho directivos es que es un mal momento para trabajar. Lo mejor es mandar a todos el mundo al paro. Cerrar la empresa. Esperar a tiempos mejores; y abrir otra con otro nombre y a seguir forrándose. Sigo sin entender cómo las autoridades que aprueban los EREs no llegan ni a plantearse estas situaciones. Con la cantidad de millones que se habrán embolsado mientras reformaban el Chiqui o construían los cines de El Corte Inglés. ¿Y ese dinero? ¿No será mas bien, que se han llevado todos los beneficios, y han dejado a la empresa sin liquidez?
Desde CNT queremos denunciar a estos piratas empresariales, que no van con parche en el ojo, ni pata de palo. Sino con trajes de dos mil euros y zapatos de seiscientos. Y a estos “sindicatos”; amarillos; agentes de paz social que estrangula nuestros derechos, cómplices de la pérdida de nuestros derechos laborales, liberados que deciden por los trabajadores. A esta gente que hace tiempo que se les olvidó qué es eso de trabajar, también los denunciamos. Vendidos.
¡Salud y acción directa!
26-02-2009