Pese a la imposición de servicios mínimos “abusivos”, CNT Santander valora algunos avances logrados.
- La organización sindical ha convocado una huelga de 24 horas con plena cobertura, junto con STEC, CGT y el Sindicato Unitario.
- Denuncian el carácter “litúrgico” de la negociación de servicios mínimos, en la que no ha habido acuerdo pero la última palabra la tiene la Administración.
- Consideran que buena parte de los servicios mínimos en esta huelga rebasan la “mínima cobertura” que establece la doctrina del Tribunal Constitucional.
A lo largo de estas dos semanas previas a la huelga feminista, el comité de huelga de CNT-Santander ha mantenido varias reuniones con entidades del Gobierno de Cantabria y la Delegación del Gobierno de España en calidad de convocante de la huelga feminista de 24 horas —laboral, de cuidados, de consumo y estudiantil—.
Ante todo, quieren denunciar el “carácter de simulacro” de unas negociaciones “con las cartas marcadas” en las que este sindicato, que ha salido de todas ellas sin acuerdo, considera “una falta de consideración” el hecho de que se asista a las reuniones sin propuesta previa de la Administración que las convoca, teniendo que decidir en cuestión de minutos si las propuestas son adecuadas. Como ya hicieran en la huelga de 2018, han solicitado que esto conste en las actas de las reuniones para que, en posteriores ocasiones, se envíe antes la documentación para poder examinarla. Sólo la Delegación de Gobierno ha enviado antes la propuesta, lo cual valoran positivamente.
El sindicato recuerda que “en España los servicios mínimos se rigen por una regla preconstitucional —Decreto Ley 17/1977— y es la Administración quien tiene la última palabra, dándose el absurdo de tener que negociar con un árbitro que es también parte”.
Con todo, afirman haber conseguido algunas rebajas de servicios mínimos —en varios casos se pretendía aumentar el porcentaje pese a que en la anterior convocatoria de huelga feminista no hubo problema alguno—, pero en general consideran que los servicios son “abusivos” y que el criterio de la Administración es generar sensación de normalidad cuando el Tribunal Constitucional ha dictaminado que tan sólo deben suponer “una mínima cobertura”. Citan, entre otros, el de las enfermeras, aunque más en primera instancia, ya que se pretendió fijar 300 efectivos de mañana frente a los 194 de la huelga anterior, pero después se atuvieron a rebajar la cifra; las dotaciones de la Agencia Tributaria para atención al público, la abogacía del Estado, la inspección de telecomunicaciones (que considera “servicio mínimo” un 75%) o transportes.
El sindicato pondrá en marcha, en la mañana del 8 de marzo, piquetes informativos para velar por el respeto a estos servicios mínimos y para acercarse a informar y denunciar la presión patronal o la “hipocresía” de entidades privadas, como la escuela de hostelería “Las Carolinas”, que, de la mano de La Gallofa”, ha revestido un acto de autopromoción con la huelga feminista, “una utilización aprovechada de esta jornada de lucha —no de fiesta— de las mujeres, en la que todas y todos nos jugamos tanto”.