Después de ver el vergonzoso espectáculo dado por las elites depredadoras neoliberales, gobernantes de esta Dictadura encubierta, no sabemos con qué personaje quedarnos de este bochornoso sainete. Suenan nombres como Bárcenas o Granados, pero en la memoria tenemos grabado que desde la novia de España hasta la hermana del rey pasando por la nieta de Franco han estado encausadas por delitos monetarios, y esto entre los personajes de relumbrón. No resulta exagerado afirmar que el sistema está corrompido hasta la médula.
Mientras, el pueblo y las clases trabajadoras sufren las consecuencias de unas políticas que han hundido una economía cuyos referentes eran el ladrillo y el pelotazo.
La pobreza se extiende como una plaga en lugares antaño “prósperos”, alcanza niveles del 50% en algunos casos y es especialmente preocupante entre la población infantil. Por otra parte un desempleo desbocado nos obliga a ver colas no solo en las inútiles oficinas de empleo sino en las que se forman en las recogidas de alimentos con las que se intentan paliar las necesidades de un pueblo que ya está pasando hambre. ¿Y qué decir de un sistema sanitario desmantelado y de una asistencia social estatal que de poco o nada sirve?
Al mismo tiempo tenemos que soportar el espectáculo de monos de feria dado en el Parlamento o las declaraciones gubernamentales del portavoz de turno, pues que la corrupción en España llega a los niveles de una dictadura bananera no lo decimos nosotrxs sino cualquier diario internacional mínimamente serio.
Aunque a las claras está que el poder corrompe, no lo es menos que obedecer degrada.
La servil sumisión que estos lacayos y correveidiles muestran ante los poderes de la banca, el gran capital y demás poderes extranjeros que pretenden sujetarnos a la más abyecta esclavitud es repugnante y digna del más absoluto desprecio.
Si no bastara con todo esto, su probada incapacidad para manejar situaciones de emergencia, como se ha visto recientemente con la crisis del ébola, no les mueve un centímetro de sus asientos y aquí no dimite ni Dios. Lo que es seguro es que esta gente, que individualmente no serian capaces de hacer funcionar un estanco o una Lotería, si no les ponemos freno, está perfectamente capacitada para hundir la nave y mandarnos a la mayoría a pique. En nuestra mano está evitarlo.
La CNT convoca y anima a castreños y visitantes a la concentración contra la corrupción que tendrá lugar el próximo día 22 de noviembre en la Plaza del Ayuntamiento. Demuestra tu rabia.