El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, mejor conocido por sus siglas, ACNUR, es un organismo que se jacta de proteger a refugiados y desplazados en conflictos. Sin embargo, a la hora de hacer cumplir los derechos laborales de su plantilla, descubrimos que no hacen gala de ese buen hacer que su imagen pretende proyectar en la sociedad. Tras meses de mala gestión y conflicto, toda la plantilla de ACNUR en Logroño ha sido despedida sin previo aviso.
La salida de captadores era una constante desde hace unos meses, hecho ante el cual la plantilla decide organizarse creando el pasado septiembre una sección sindical de la CNT, sección que decide denunciar a ACNUR ante la Inspección de Trabajo por irregularidades tales como la inexistencia continuada del preaviso mínimo de nuestra jornada laboral, del día y la hora de la prestación de trabajo resultante de aquella, lo cual a los/as trabajadores/as ocasionaba un constate trastorno de cara a la conciliación familiar y laboral. Por otro lado, aún hoy siguen privados de la percepción de las dietas cuando los/as trabajadores/as, como consecuencia del desempeño de su trabajo, se han trasladado fuera de Logroño para la realización del trabajo de captación. A esto se suma la total ausencia de preaviso a la plantilla cuando estos cambian su lugar de destino. Improvisación y plena disponibilidad que han sido recompensados con el despido.
Tras el asesoramiento jurídico sindical, se detectan dos irregularidades. La plantilla trabajaba bajo unas cláusulas abusivas impuestas por ACNUR, que obligaban al trabajador a asumir la cantidad que se suma a la cuota de captación mensual de los socios que se han dado de baja tras un mes. Ante este hecho se citó a ACNUR a un acto de conciliación el pasado octubre, no aceptando propuesta alguna.
Ya a finales de 2018, se mandó un burofax a ACNUR para obligarles a dar las vacaciones de los/as trabajadores/as aún pendientes.
El pasado 14 de diciembre, y como resultado de hacer valer los derechos que nos son propios como trabajadores, ACNUR envía una carta a toda la plantilla y a CNT en donde se notifica el despido de manera unilateral y sin el correspondiente aviso previo de 15 días, alegando despido objetivo y unos míseros 20 días de indemnización por año trabajado. En ella ACNUR alega que los resultados no han sido los esperados pese a la formación impartida, algo que los/as compañeros/as dicen que es absolutamente FALSO. Su coordinador de zona apenas se dejaba ver, mientras que el anterior era el artífice de toda una serie de irregularidades y presiones hacia los captadores. Como muestra de esta descoordinación e improvisación es el hecho de no aprovechar la campaña navideña.
Pero sobre todo, lo que más duele es ver cómo a la organización sin ánimo de lucro para la que pensaban que trabajaban solo le interesan los números; ni sus trabajadores, ni la labor de concienciación sobre los refugiados. Mientras dice estar protegiendo unos derechos humanos, otros le dan completamente igual. A día de hoy nada para ACNUR es tan importante como sus beneficios, sus cuentas y su dinero, al más puro estilo de multinacional. Pretenden que sus trabajdores/as se queden con una mano delante y otra detrás. Pues no señores, no, como trabajadores tenemos una dignidad y no vamos a consentir ser nosotros/as quienes paguemos los platos rotos. Exigimos que ACNUR se retracte en su decisión, se organice correctamente y reincorporen a nuestros/as compañeros/as a sus puestos de trabajo.