La convocatoria de un nuevo día de acciones coordinadas en solidaridad con las trabajadoras de Isban ha sido ampliamente secundada en toda la península el 14 de noviembre.
El compañero despedido se desplazó hasta la ciudad cántabra de Santander, aquella a la que el banco quiere robarle el nombre. Allí se realizó una exitosa charla informativa sobre la cesión de trabajadores, el conflicto que el sindicato anarquista mantiene con el grupo empresarial y otros «trapos sucios» de Botín y compañía.
Bajo la atenta mirada de la directiva del banco, se desarrolló una concentración a las puertas de las oficinas centrales del banco, pese a que hubo quien no quiso escuchar nuestras reivindicaciones.
Tras la concentración, las anarcosindicalistas de Santander decidieron realizar una nueva ocupación simbólica de otra céntrica sucursal del banco, informando a trabajadoras y clientes de las reivindicaciones de la sección sindical en Isban.