La misma élite política y económica que ha provocado la crisis financiera e inmobiliaria es la que ahora dicta los recortes y las reformas. Pero una reforma de tal envergadura, que afectará, sin duda, negativamente la calidad de vida y bienestar de la ciudadanía española, requiere una participación amplia de la población a través de un referéndum.
Democracia es mucho más que votar cada cuatro años. Una democracia exige que la ciudadanía participe en aquellas decisiones que afectarán su vida.
El endeudamiento público español no está entre los más abultados de Europa. Sin embargo, el endeudamiento privado, el de los hogares y las empresas españolas, sí es uno de los mayores del mundo. Con la excusa de combatir aquel lo que se están haciendo es modificar las reglas del juego a favor de los más poderosos. Es falso el debate intervencionismo versus liberalismo. Se trata de intervenir a favor de los ricos. Por eso hay que hablar de neocaciquismo y no de neoliberalismo: utilización de los resortes públicos para el enriquecimiento de los más poderosos y el establecimiento de una red clientelar (partidos políticos, asesores, tertulianos, sindicalistas profesionales, fundaciones académicas, etc.) para la implantación de las reformas.
Esta reforma es un mandato expreso del Pacto del Euro acordado en el pasado mes de marzo en el Consejo Europeo. En dicho pacto se establecían varios objetivos que el gobierno español está llevando a cabo con obediencia y diligencia dignas de mejor causa. Es el alumno más aventajado de la clase en la aplicación del programa de reformas y recortes establecido en dicho pacto: aumento de la edad de jubilación y recorte de las pensiones, reforma laboral con el objetivo expreso de reducción de los salarios, reforma del marco de la negociación colectiva, etc.
Es hora de que salgamos a la calle todos y todas los que no estamos dispuestos a seguir aguantando agresión tras agresión, poniendo en marcha desde abajo, desde los centros de trabajo y desde los barrios, en los distintos territorios, en toda Europa, un movimiento con capacidad, no solo de enfrentar estas agresiones, sino de avanzar en el cambio radical de sociedad que necesitamos.