En total, y según las cifras oficiales, 45.061 trabajadores han sido despedidos por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción durante los cuatro primeros meses de funcionamiento de la reforma laboral. Es decir, 5.298 más que en 2009 durante el mismo espacio de tiempo.
La nueva ley, como se sabe, suaviza los requisitos que se imponen a las empresas para poder despedir por causas objetivas. En concreto, se entiende que concurren causas económicas cuando de los resultados de la empresa se desprenda una situación económica negativa. En tales casos, dice la norma, basta con la existencia de pérdidas actuales o previstas o la disminución persistente de su nivel de ingresos, siempre que puedan afectar a su viabilidad o a su capacidad de mantener el volumen de empleo. La ley obliga a las empresas a acreditar los resultados alegados y a justificar que de los mismos se deduce la “razonabilidad de la decisión extintiva para preservar o favorecer su posición competitiva en el mercado”
Con la nueva ley, se incluye entre las causas objetivas de despido las faltas de asistencia al trabajo -“aún justificadas pero intermitentes”-, que alcancen el 20% de las jornadas hábiles en dos meses consecutivos, o el 25 % en cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de doce meses, siempre que el índice de absentismo total de la plantilla del centro de trabajo supere el 2,5% en los mismos periodos de tiempo.
Los politic@s en el gobierno que anunciaban que la reforma valdría para dar mas estabilidad al mercado laboral, vuelven a equivocarse intensionadamente, la reforma ha servido para aumentar los despidos y abaratar costes a l@s empresarios.