Una imagen vale más que mil palabras. La imagen que resume estos tres días la ha aportado Fernando F. Beneite, el que fuera jefe del dispositivo de la Policía Nacional durante la huelga del 14N, que sin mucha reflexión ha hablado del “vídeo que yo tengo en la cabeza”. Y en ningún otro sitio más. Las imágenes dramáticas de esta película, compuesta de imágenes dramáticas, propias de un escenario bélico, no han podido verse durante las sesiones. La única prueba que ha presentado son sus palabras; creerlas es, por tanto, una cuestión de fe.
Que la versión policial sea un coladero apenas ha inmutado al fiscal, que simplemente ha rebajado la petición de cárcel de Pablo en un año al no ver constatado el delito de lesiones. En verdad que esta causa es un esperpento. El reconocimiento por parte del responsable de la Jefatura Superior de Policía en La Rioja de que no ha investigado la destrucción de los documentos gráficos obtenidos por sus subalternos durante la carga, hubiera hecho las delicias de don Ramón, sobre todo por el hecho de que pudiese salir del tribunal sin que su incompetencia tuviera repercusión ninguna.
Las auténticas víctimas de la función son nuestros compañeros Jorge y Pablo. Su tesón y valor es titánico. Han aguantado durante seis años este momento, recopilando todas las evidencias existentes. Han soportado con entereza un cúmulo de falsedades e indignidades, escuchando que centenares de encapuchados, animados por soflamas, se dedicaban a lanzar adoquines y piedras a los policías. Han tenido que escuchar que CNT está compuesta de gente “no normal”, violentos que se dedican a reventar las manifestaciones. Y todo esto lo han vivido sin permitírseles siquiera esbozar una queja.
Se les ha juzgado por algo que no ocurrió. Ahora que la causa ha quedado vista para sentencia es cuando ellos y aquellas personas que les rodean necesitan nuestros apoyo y cariño. Si tocan a una, nos tocan a todas: JORGE Y PABLO ABSOLUCIÓN.
Secretariado Permanente del Comité Confederal