El jueves 6 de Mayo, más de 500 trabajadores/as y solidarios/as nos manifestamos desde Diego de León hasta la sede de la CEOE. Manifestación animada y ruidosa, contó con la presencia de compañeros/as ya jubilados de viajes Marsans así como trabajadores que han tenido que abandonar la empresa para poder seguir trabajando con los antiguos clientes de Marsans. Vaya desde aquí nuestro reconocimiento a su solidaridad. El acto se cerró con una alocución de las secciones de CNT y UGT, solicitando planes concretos para poder estudiar la viabilidad del Grupo de Empresas y la repercusión que la situación ha generado sobre el empleo: pidiendo futuro.
El día 7 de mayo a las puertas del Ministerio de Industria y Turismo se celebró una concentración, con menor participación. Se leyó el comunicado enviado al Ministro de turno y se ratificó en los gritos la necesidad de encontrar viabilidad para los aproximadamente 4.000 puestos de trabajo directos que tiene el Grupo.
El sábado día 8 de mayo, la Presidencia emitió una nueva nota en que indicaba que se sigue ultimando la venta. Un nuevo aplazamiento. “La complejidad y el montante de la operación”, nos dicen, permiten a la propiedad seguir sin aportar datos concretos. Las especulaciones en Internet sobre los posibles compradores y sus hazañas empresariales son alimento de las más variadas interpretaciones…
La realidad para nuestro Sindicato es que tan sólo cuando se hayan levantado los embargos de IATA podremos hablar de un plan, con vocación de serio, para afrontar el reflotamiento del grupo de empresas.
Entretanto la situación continua siendo caótica; aún no se han hecho efectivas todas las nóminas, la tensión en las tiendas con los clientes afectados es cada día mayor, la inactividad general no es indicio precisamente de posibilidades de futuro.
Desde la sección sindical se están planificando nuevas movilizaciones, que se propondrán a trabajadores, comités y UGT sector turístico. Esta vez se trata de manifestarnos con los/las clientes, víctimas a la vez que los/las trabajadores/as del desbarajuste financiero al que se nos ha llevado.
Y seguimos esperando un plan concreto. Mientras tanto cada empleado que abandona la compañía es un alivio para la deuda social de la actual propiedad de la empresa.
¡¡Compañeros y compañeras, la lucha sigue!!