Fomentar la cultura de defensa paz
Contra el nuevo «Cluster de la defensa de Cantabria»
Fomentar la «Cultura de Defensa» y potenciar la base tecnológica e industrial al servicio de la defensa de España, esas son las líneas fundamentales del espíritu fundacional del cluster de la defensa de Cantabria según sus objetivos1, que junto con otros varios, excluyen deliberadamente el vocablo guerra de sus postulados, para intentar aparentar que no tienen nada que ver con ella. No nos dejemos engañar, aunque hayan aparecido recientemente en suplementos dominicales2.
Los miembros del cluster son un conglomerado de realidades. Empresas de distintos tamaños y sectores de actividad, un grupo de instituciones públicas y privadas así como centros de investigación. Entre sus filas encontramos a gigantes del sector como NAVANTIA o INDRA, a empresas locales menos esperadas por estos lares como TIRSO o TEXTIL SANTANDERINA y a instituciones –deseamos-desorientadas, como la UNIVERSIDAD DE CANTABRIA y SODERCAN, por citar solo algunos ejemplos de los casi 60 socios adheridos hasta el momento. La última «empresa» de este conglomerado es la creación de un título de postgrado en la Universidad de Cantabria sobre «guerra electrónica». Es decir, entrar en la Universidad pública al máximo nivel3, fuera bromas.
Hablar de defensa y seguridad está de moda en todos los ámbitos y a todos los niveles y, cuando intuimos posibles conflictos a gran escala (o simplemente que esos conflictos nos pueden tocar cerca) tomamos conciencia de que el mundo está bastante peor de lo que pensábamos. La violencia cotiza al alza y cuando se trata de «legítima defensa», gana con cada bombazo más adeptos. La largamente buscada guerra de Ucrania da fe de todo ello. Como demuestran los estudios y la praxis, si inviertes dinero en salud, educación o servicios sociales, hay más salud, más educación y más equidad. Si por otro lado gastas dinero en lo militar, hay más guerras, más muerte y más sufrimiento4. No olvidemos que toda inversión es generada desde nuestro trabajo, somos nosotras las que con el mismo generamos riqueza y deberíamos, por tanto, decidir dónde invertirla.
¡Pero genera mucho empleo!, dirán los convencidos sin argumentos, ajenos a que la realidad es realmente la opuesta: recordemos que la inversión en gastos militares genera incluso menos de la mitad de empleo que hacerlo en educación, sanidad o energías renovables, como demuestran muchos estudios actuales, aunque ya lo evidenciaran desde 1961 premios nobel de economía de la talla de Leontief5. El movimiento obrero se opuso desde sus inicios a las guerras, en las que morían siempre los mismos, y boicoteó de manera deliberada armamentos y explosivos a lo largo de la Historia. La propia fundación de CNT en 1910 está muy relacionada con la «Semana Trágica», una importante huelga contra una violenta guerra colonial en la que las madres estaban cansadas de mandar a sus hijos a morir6. Trabajar para aumentar estas muertes no puede ser llamado «trabajo».
Hoy en día la población española nos movemos en todo el espectro de posiciones frente a la guerra de forma bastante equitativa7, por lo que quien trabaje mejor, logrará más adeptos. Si quieres la guerra, negocia la guerra. Si quieres la paz, trabaja por la paz.
En este contexto, los que creemos firmemente que los fines están en los medios, que la violencia engendra violencia y que ningún ejército defiende la paz, debemos empezar a arriesgarnos más en este momento crucial de la historia, en que muchos pacifistas cambian de parecer y otros están adormilados en el sofá. Y es que un pacifista entre guerras es como un vegetariano entre comidas, como decía un olvidado objetor de conciencia de la primera y segunda guerra mundial. Toca tomar partido hasta mancharse.
En este punto, no podemos dejar de citar al Banco Santander, piedra angular de la industria de la guerra desde hace mucho8. Aún con su presencia, Cantabria no aparecía oficialmente en el mapa de la industria armamentística española9 . Esa industria nacional actualmente logra un 7º puesto mundial que en contadas cosas superamos. Muchos de los que trabajan por ese puesto, alimentan deliberadamente un modelo de sociedad basado en la idea de que nuestras formas de vida son mejores e incompatibles con las de otros.
Ojalá sepamos trabajar para sucumbir ante la evidencia histórica de que todas las personas somos hermanas y de que la guerra siempre es la peor de las opciones, siendo la resistencia civil noviolenta la estrategia más exitosa –por goleada- en lo que a democracia, libertad y derechos humanos se refiere10.
Pues bien, basta de aceptar hechos como la creación de este cluster, que a costa del enriquecimiento de unos pocos, el crecimiento en la reputación de otros tantos y la creación de algunos empleos, se muestra convencido de que la guerra es la respuesta.
La mayor parte de la población cántabra y española no quiere este cluster. Debemos darlo a conocer y no hacer como si nada pasara cuando, entre otras ocurrencias, nos plantan a los militares paseando por nuestra costa quebrada como si la guerra fuera una fiesta11 de la solidaridad. Apoyemos iniciativas de resistencia locales, como las jornadas que se organizaron para responder a esta «fiesta militar» en La Libre, o las protestas antimilitaristas de todos los viernes a las 19h en nuestra ciudad, organizadas desde C.E.B.R.A.12 . Estas respuestas están basadas en largas luchas y experiencias a nivel nacional13 e internacional.
Adherirnos a esta última corriente que atraviesa la historia, pudiera convertirse en un imperativo ético y, sobre todo, práctico, si creemos que el futuro está entre la noviolencia o la no-existencia. Así lo vivieron Martin Luther King o Rosa Parks y tantas otras personas (más aún mujeres sin reconocimiento) para que hoy podamos disfrutar de una realidad un poco menos injusta y distópica.
Ahora que nuestro gobierno vuelve a batir presupuesto histórico para lo militar, toca decir NO con una propuesta de paz cada mañana en nuestras manos. Esa es la rEVOLución que debemos crear todos los días, desde el trabajo afiliándonos a organizaciones de base, desde nuestro consumo, desde nuestros cuerpos diversos y desde todas las herramientas, personales y colectivas, que tenemos para fomentar una nueva sociedad en la que unas no se impongan a otras por la fuerza.
Luis Serna Colectivo NoViolencia
Clara G. CNT Santander
1 https://clusterdefensa.es/objetivos/ y https://clusterdefensa.es/nuevo-comite-ejecutivo-del-cid/
2 https://www.eldiariomontanes.es/economia/cluster-defensa-propone-20221128194035-nt.html
3 https://clusterdefensa.es/1840-2/ y https://web.unican.es/noticias/Paginas/2022/noviembre_2022/Programa-Guerra-Electronica.aspx
5 https://watson.brown.edu/costsofwar/costs/economic/economy/employment y
https://www.lavanguardia.com/opinion/20180930/452090715356/venta-de-armas-y-puestos-de-trabajo.html
6 https://www.nuevatribuna.es/articulo/historia/semana-tragica-antimilitarismo-y-anticlericalismo/20151014130543121228.html
7 https://www.eldiario.es/politica/mayoria-espanoles-rechaza-aumentar-gasto-defensa_1_8907281.html
8 https://bancaarmada.org/ca/publicacions/articles/496-bbva-y-banco-santander-encabezan-la-lista-de-la-banca-armada-espanola
9 http://centredelas.org/mapes-interactiu-industria-militar-espanyola/?lang=es
10 https://www.youtube.com/watch?v=sAhTRE27r14
11 https://www.elfaradio.com/2022/06/07/la-libre-organiza-unas-jornadas-antimilitaristas-frente-a-la-exaltacion-castrense-camuflada-de-losfour-days/
12 Todos los viernes en la Plaza del Reenganche. https://antimilitaristascantabria.info/
13 Citamos como ejemplo internacional y nacional a Mujeres de Negro, el MOC o las concentraciones semanales de Artesanos de la Paz. en Barcelona y Euskadi. En este artículo de Coordinadora Tarragona Patrimoni de la Pau se recopilan acciones antimilitaristas desde hace 20 años.